Flexibilidad y moldeabilidad: Las compresas refrigeradas que no se congelan pueden adaptarse mejor a la forma del cuerpo, proporcionando una mejor cobertura y contacto con el área afectada.
Comodidad durante la aplicación: Los paquetes que permanecen flexibles generalmente son más cómodos de aplicar, ya que pueden amoldarse a los contornos del cuerpo sin sentirse demasiado rígidos o incómodos.
Riesgo reducido de daño tisular: los paquetes refrigerados que no se congelan por completo tienen menos probabilidades de causar daño tisular o congelación en comparación con los paquetes que se congelan en un estado rígido.
Mayor duración del enfriamiento: Las compresas flexibles tienden a tener un enfriamiento más prolongado en comparación con las compresas rígidas. Este enfriamiento prolongado puede ser beneficioso para períodos prolongados de terapia de frío.
Sin embargo, es fundamental consultar las instrucciones del fabricante o con un profesional de la salud para asegurarse de usar la compresa de frío correctamente y obtener los beneficios terapéuticos deseados. Cada compresa puede tener instrucciones específicas para su uso óptimo.
Hora de publicación: 16 de junio de 2023