El otoño es una de las mejores épocas para disfrutar del ejercicio al aire libre. El aire fresco, las temperaturas más bajas y los paisajes coloridos hacen que correr, andar en bicicleta o hacer senderismo sean especialmente placenteros. Pero con los cambios de estación y el aumento de la actividad, el riesgo de lesiones puede aumentar, ya sea una torcedura de tobillo en un sendero o dolor muscular después de una carrera en clima frío.
Saber cuándo utilizar compresas frías y cuándo cambiar a compresas calientes puede ayudar a acelerar la recuperación y prevenir daños mayores.
Compresas frías: para lesiones recientes
La terapia de frío (también llamada crioterapia) se utiliza mejor inmediatamente después de una lesión.
Cuándo utilizar compresas frías:
• Esguinces o distensiones (tobillo, rodilla, muñeca)
• Hinchazón o inflamación
• Moretones o golpes
• Dolor agudo y repentino
Cómo aplicar:
1. Envuelva la compresa fría (o el hielo envuelto en una toalla) para proteger su piel.
2. Aplicar durante 15 a 20 minutos a la vez, cada 2 a 3 horas durante las primeras 48 horas.
3. Evite aplicar hielo directamente sobre la piel desnuda para prevenir la congelación.
Compresas calientes: para la rigidez y el dolor
La terapia de calor se utiliza mejor después de las primeras 48 horas, una vez que la hinchazón se haya reducido.
Cuándo utilizar compresas calientes:
• Rigidez muscular por correr o hacer ejercicio al aire libre.
• Dolor o tensión persistente en la espalda, los hombros o las piernas.
• Dolor articular crónico (como artritis leve agravada por el clima frío)
Cómo aplicar:
1. Utilice una almohadilla térmica tibia (que no llegue a quemar), una compresa caliente o una toalla tibia.
2. Aplicar durante 15 a 20 minutos cada vez.
3. Úselo antes de hacer ejercicio para aflojar los músculos tensos o después de los entrenamientos para relajar la tensión.
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Consejos adicionales para quienes hacen ejercicio al aire libre en otoño
Hora de publicación: 12 de septiembre de 2025